según se creía, de José, hijo de Elí, (S. Lucas 3:23 RVR60)
El comienzo del ministerio de Juan es computado por los años
de gobierno de los príncipes; el de nuestro Salvador, por los años de su propia vida,
como una era más augusta.
Como de treinta años: no es que entrara en ese momento en su
trigésimo año, como la traducción corriente sugeriría, sino que ahora
entraba a su ministerio público, a la edad requerida por la ley mosaica.
Nuestro gran Maestro no llegó, según parece, al final de los treinta y
cuatro años. Y sin embargo, ¡qué gloriosos logros cumplió dentro de
esos exiguos límites de tiempo!
Bienaventurado el siervo que con un celo proporcionado
a éste cumple el gran negocio de la vida, y tanto más bienaventurado
si su sol se pone a mediodía!
Porque el espacio que nos toman las labores del tiempo
será añadido a las recompensas de la eternidad. El hijo de Elí:
es decir, el yerno, porque Elí era el padre de María.
San Mateo escribe la genealogía de José, descendiente de
David por la línea de Salomón; san Lucas, la de María, que desciende
de David por la línea de Natán. En la genealogía de José, recitada por
san Mateo, la de María está implícita, porque los judíos acostumbraban
a casarse dentro de sus mismas familias.